
Los mas reacios al cambio pensaban que la mayor potencia no era aprovechable pues al final es el neumático quien impone unos límites en el agarre y por tanto en la frenada, y con los V brake se podía llegar a dicho límite con cierta facilidad.
El problema de los V, es que en los descensos que cruzas como 5 o 6 veces pequeños riachuelos de no más de 1 metro de ancho, para inmediatamente seguir bajando los V se mojan y no frenan.
En los frenos de disco, hace falta hacer un rodaje inicial para que los discos y zapatas se acoplasen y cojan la potencia normal (al principio no frenan nada), es necesario un periodo de adaptación, pues la frenada cambia bastante. Los frenos de disco "muerden" desde el principio, es decir, en cuanto las zapatas tocan el disco la deceleración es fuerte, mientras que los frenos V Brake son más progresivos. Esto hace que en ocasiones te quedes casi parado a la entrada de ciertas curvas o zonas complicadas, teniendo que soltar freno e incluso pedalear para retomar la velocidad normal.

Por supuesto estamos hablando de descenso y apurando al límite. Para un uso más tranquilo la potencia de los frenos V brake es más que suficiente, salvo que con frecuencia hagas salidas con agua y barro, y además te aportan una mayor sencillez, menos peso, menor coste y menos delicadeza.
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